Prevención de recaídas en Trastornos de Adicción a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TATS)

Diletta Rossi Diletta Rossi (Psicólog@)

3 junio, 2025

Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han transformado nuestras vidas en muchos aspectos, desde la forma en que trabajamos hasta la forma en que nos relacionamos con los demás.

Sin embargo, el uso excesivo y compulsivo de estas tecnologías también ha dado lugar a un fenómeno preocupante: las adicciones a las TIC.

En este artículo, analizaremos en profundidad las causas, síntomas, consecuencias y posibles soluciones a este problema creciente en nuestra sociedad hiperconectada.

Las adicciones a las TIC se definen como el uso indiscriminado, compulsivo y repetitivo de las plataformas digitales, acompañado de la incapacidad para interrumpir su consumo, que tiene repercusiones negativas en la vida familiar, personal, escolar y laboral.

Se caracterizan por la necesidad de estar constantemente conectados a las nuevas tecnologías (uso excesivo de dispositivos electrónicos, redes sociales, videojuegos, smartphones o internet), y tienen múltiples causas.

Las causas psicológicas:

  1. Baja autoestima. Las personas pueden buscar validación a través de las redes sociales.
  2. Ansiedad o depresión. La tecnología se usa como una estrategia de afrontamiento y como una vía de escape.
  3. Necesidad de placer inmediata. Las notificaciones, “likes” y recompensas rápidas generan una sensación placentera inmediata.
  4. Falta de herramientas de regulación emocional.  Algunas personas carecen de estrategias de manejo emocional, por lo que recurren a la tecnología.

Las causas sociales:

  1. Presión del entorno. La necesidad de estar “conectado/a” para no sentirse excluido/a.
  2. Soledad o aislamiento. El entorno digital sustituye la interacción social real.
  3. Normas sociales. El uso intensivo de tecnología está cada vez más normalizado, incluso en niños/as y adolescentes.

Las causas biológicas:

  1. Liberación de dopamina: Al igual que otras adicciones, el uso de la tecnología activa los centros de recompensa del cerebro.
  2. Vulnerabilidad genética: Algunas personas pueden tener mayor predisposición biológica a desarrollar adicciones.

Existen diferentes síntomas de las adicciones a las TIC:

  1. Preocupación constante por estar conectado/a: una de las principales características de esta adicción es la necesidad imperiosa de estar siempre en línea. La persona siente una ansiedad constante por revisar sus dispositivos electrónicos, aún sin una razón aparente.
  2. Pérdida de control: quienes padecen esta adicción a menudo no logran controlar el tiempo que pasan conectados/as. Esto puede interferir seriamente con sus actividades diarias, responsabilidades laborales, académicas o familiares.
  3. Síndrome de abstinencia: la imposibilidad de acceder a las TIC puede generar síntomas de abstinencia similares a los de otras adicciones, tales como ansiedad, irritabilidad, tristeza o frustración.
  4. Reducción del sueño y descuido del cuidado personal: el uso excesivo de dispositivos puede alterar los hábitos de sueño. Además, puede conllevar un abandono de aspectos básicos del autocuidado, como la higiene personal y una alimentación adecuada.
  5. Aislamiento social: las relaciones personales pueden deteriorarse, reduciendo la calidad del vínculo afectivo con amigos, familia o pareja.
  6. Problemas en el rendimiento escolar o laboral: la falta de concentración, la procrastinación y el tiempo excesivo frente a las pantallas son factores que afectan negativamente la productividad.
  7. Existencia simultánea de otras adicciones: es común que esta adicción coexista con otras conductas adictivas, como el consumo de sustancias (alcohol, tabaco, drogas) o la ludopatía. Esta combinación puede agravar el cuadro clínico y dificultar su tratamiento.

¿Cuándo hablamos de recaída en una adicción a las nuevas tecnologías?

Una recaída en el contexto de los Trastornos de Adicción a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TATS) ocurre cuando una persona que ha logrado reducir o controlar su uso de la tecnología vuelve a utilizarla de forma compulsiva, descontrolada y dañina.

Es importante entender que no es simplemente “volver a mirar el móvil”, sino retomar los antiguos hábitos de uso excesivo que afectan el bienestar emocional, las relaciones o el rendimiento personal.

Las recaídas se producen por varias causas: exposición a situaciones de alto estrés, baja tolerancia a la frustración, dificultad para gestionar las emociones negativas (como ansiedad o tristeza), baja autoestima, impulsividad y presión del entorno y normas sociales. También influyen los mecanismos de recompensa del cerebro: las tecnologías están diseñadas para captar nuestra atención y ofrecernos gratificación inmediata, lo que refuerza el ciclo adictivo.

Las recaídas no son fracasos, sino que forman parte del proceso de cambio. Existen varios tipos de recaídas en las adicciones.

La recaída emocional Se da cuando usamos la tecnología como forma de escape para evitar emociones negativas como la tristeza, el aburrimiento o la ansiedad. Por ejemplo, cuando una persona se siente sola y ve videos sin parar, o cuando has tenido un mal día en el trabajo y pasas las horas jugando online.

La recaída por automatismo. Ocurre cuando se vuelve a caer por costumbre o impulso, sin darse cuenta. Por ejemplo, cuando una persona revisa el móvil cada vez que se sienta en el sofá, o cuando abre la aplicación de Instagram automáticamente sin pensar.

La recaída social. Sucede cuando el entorno promueve el uso excesivo de las tecnologías. Por ejemplo, cuando un grupo de amigos juegan en línea toda la noche, o la familia normaliza el uso excesivo.

Las recaídas pueden llevar a experimentar un sentimiento de culpa, que alimenta un uso más compulsivo de las tecnologías.

En lugar de entrar en la espiral de autocrítica, es fundamental aplicar la autocompasión: reconocer el error sin juzgarse y recordar que las recaídas forman parte del proceso de recuperación.

¿La Psicología Positiva ayuda a evitar recaídas?

La Psicología Positiva se centra en el bienestar emocional de las personas, identificando sus fortalezas personales, fomentando las relaciones positivas y promoviendo el sentido vital.

Algunas estrategias que se emplean en la Psicología Positiva para prevenir las recaídas son:

  1. Identificar y potenciar las fortalezas personales. Por ejemplo, las fortalezas de la gratitud y de la persistencia ayudan a las personas a tomar decisiones más saludables.
  2. Fortalecer las relaciones positivas. Mantener relaciones saludables es fundamental para ofrecer un sentido de pertenencia y reducir la sensación de aislamiento.
  3. Aumentar las emociones positivas (como la alegría, el amor, la diversión y la esperanza). Por ejemplo, practicando actividades artísticas o el deporte.
  4. Establecer metas significativas. Tener objetivos alineados con los valores personales aumenta la motivación y el propósito vital. Contar con un proyecto de vida claro disminuye el riesgo de caer en conductas adictivas.
  5. Practicar mindfulness y atención plena. Esto fomenta el uso consciente y equilibrado de las TIC, puesto que ayuda a las personas a tomar conciencia de las acciones y de los hábitos automáticos.
  6. Escribir un diario de gratitud. Este ejercicio consiste en escribir diariamente tres cosas por las que las personas se sienten agradecidas. Es una manera de poner el foco en las emociones positivas.

Es importante tener en cuenta los factores de riesgo para poder prevenir las conductas adictivas: tener altos niveles de estrés, no tener rutinas diarias definidas, tener una baja autoestima o autoexigencia excesiva y tener el acceso fácil e ilimitado a dispositivos.

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