Apego evitativo en adultos

https://www.iepp.es/wp-content/uploads/myriamarenillas-150x150.png Myriam Arenillas (Psicólog@)

30 septiembre, 2025

¿Alguna vez has conocido a alguien que parece ser excesivamente independiente, evita hablar de emociones y se aleja ante el conflicto o cuando la relación empieza a volverse más íntima? Detrás de esto puede encontrarse el apego evitativo, un estilo relacional aprendido en la infancia.

¿Qué es el apego evitativo?
El concepto de apego ha permitido comprender cómo las experiencias tempranas con los cuidadores primarios moldean la forma en que nos relacionamos en la adultez (Bowlby, 1988).


El apego evitativo surge como una estrategia adaptativa en la infancia, normalmente en situaciones donde las necesidades emocionales del niño no fueron atendidas. Es decir, si ante la necesidad de apoyo, cariño o protección los cuidadores se mostraron poco disponibles, fríos o inconsistentes, el niño interioriza que expresar vulnerabilidad o depender de otro no trae alivio, sino frustración. Por lo tanto, desarrolla un patrón de autonomía exagerada y desconexión como mecanismo de defensa (para que no “duela”) (Mikulincer & Shaver, 2016).


Los adultos con este tipo de apego pueden parecer muy seguros e independientes; sin embargo, esto suele enmascarar el miedo al rechazo, a la vulnerabilidad y a la falta de disponibilidad afectiva.

Tipos de apego evitativo

Aunque hablamos en general de apego evitativo, no todas las personas lo experimentan igual. Existen dos grandes variantes:

Apego evitativo-despectivo
- Minimiza deliberadamente el valor de mostrar sentimientos (“las emociones solo complican”).
- Puede llegar a despreciar expresiones emocionales propias o ajenas.
- Suele mostrarse autosuficiente y seguro, priorizando la independencia por encima de la conexión emocional (muchas veces son admirados por eso).
- Puede parecer frío o distante (Bartholomew & Horowitz, 1991).

Apego evitativo-temeroso
- Viven en una contradicción o ambivalencia: buscan, anhelan y necesitan cercanía, pero cuando la consiguen sienten miedo, ansiedad y retroceden, muchas veces de manera repentina.
- Tienden a una autoestima más baja y altos niveles de ansiedad relacional.
- Existe un gran temor al rechazo y al daño (Fraley & Shaver, 2000).


Síntomas o señales del apego evitativo

Algunos síntomas típicos del apego evitativo son (Ainsworth et al., 1978; Mikulincer & Shaver, 2016):
- Dificultades para establecer vínculos profundos: tienden a mantener relaciones poco profundas y a limitar la intimidad emocional y el compromiso.
- Evitación de la intimidad: incomodidad al dar y recibir afecto.
- Bloqueo emocional: dificultad para expresar lo que sienten y gestionar conflictos emocionales.
- Necesidad excesiva de autonomía: valoran en exceso la independencia, perciben la dependencia como debilidad y buscan constantemente espacio.
- Aparente frialdad o desapego: pueden ser percibidos como distantes o poco empáticos en las relaciones interpersonales.
- Tendencia al autosabotaje: cuando la relación comienza a tornarse más íntima, pueden distanciarse, generar conflictos o alejarse repentinamente.


Frases comunes en el estilo de apego evitativo:
- “No es tan importante”
- “Hoy no quiero hablar”
- “Yo no necesito ayuda”
- “Prefiero hacerlo solo”
- “Necesito más espacio”
- “Me estás agobiando”

Causas del apego evitativo
El apego evitativo tiene origen en la infancia, pero se consolida y se vuelve más complejo en la adultez por diversos factores:

Experiencias tempranas con los cuidadores primarios (Bowlby, 1988):
- Respuestas inconsistentes ante las necesidades emocionales del niño.
- Padres emocionalmente fríos, críticos o poco disponibles.
- Entorno donde expresar emociones era ignorado o incluso castigado.

Modelos internos de funcionamiento (Mikulincer & Shaver, 2016):
- El niño desarrolla una percepción del mundo como poco confiable/seguro y de sí mismo como alguien que debe “poder solo”.
- Se forma la creencia de que depender de otros involucra riesgo de decepción o rechazo.

Factores culturales y sociales (Mikulincer & Shaver, 2016):
- Sociedades que glorifican la autosuficiencia y el éxito individual pueden reforzar este estilo, posicionando la independencia como una virtud y la vulnerabilidad o el necesitar a otro como una debilidad.

Experiencias relacionales en la adolescencia y adultez (Fraley & Shaver, 2000):
- Relaciones amorosas marcadas por el rechazo o la traición pueden reforzar la evitación y la idea de “es mejor estar solo”, “es mejor no confiar demasiado”.

Consecuencias del apego evitativo en la vida adulta

- Relaciones inestables o insatisfactorias: dificultad para sostener vínculos duraderos y significativos. Las personas suelen verlos como “cerrados” o “no expresivos”.
- Sentimientos de soledad: a pesar de que buscan la independencia, muchas personas con apego evitativo experimentan vacío emocional.
- Estrés y somatización: la represión constante de emociones puede asociarse a mayor riesgo de ansiedad, estrés crónico o síntomas físicos.
- Autoconcepto rígido: la identidad se construye alrededor de la autosuficiencia, limitando la capacidad de pedir ayuda o aceptar vulnerabilidad (Mikulincer & Shaver, 2016).

¿Cómo identificarlo?
Algunas preguntas que pueden ayudar:
- Cuando te piden hablar de tus emociones, ¿te incomoda o lo evitas?
- ¿Sientes que necesitas espacio, incluso cuando en el fondo quieres cercanía?
- ¿Has evitado relaciones más profundas por miedo a ser herido o rechazado?
- ¿Minimizar o evitar emociones (propias o ajenas) parece más cómodo que vivir algo emocionalmente intenso? (Mikulincer & Shaver, 2016)

¿Se puede cambiar el apego evitativo?
La buena noticia es que . El apego no es una condena, sino un patrón aprendido que se puede transformar o re aprender. Algunas claves son:
- Reconocer el patrón sin juzgarte: admitir que tienes este estilo no es “fallar”, es empezar a entenderte. Reconoce que el mecanismo te protegió, pero que ahora puede estar limitándote.
- Hablar de ello: compártelo con alguien de confianza (pareja, amigos, terapeuta). Decir “me doy cuenta de que cuando las cosas se ponen emocionales, me cuesta” esto puede ser un paso muy valioso.
- Ejercitar abrirte poco a poco: no necesitas pasar del 0 al 100. Puedes empezar compartiendo pequeños temas o emociones que no se sientan tan amenazantes y observar cómo reacciona el otro.
- Aprender a tolerar la vulnerabilidad: aunque da miedo, la intimidad y la conexión emocional necesitan vulnerabilidad. Cada pequeño acto de sinceridad que haces sin retirarte fortalece la relación contigo mismo y con otros.
- Relaciones seguras: vincularte con personas que validen y respeten tus límites puede facilitar la confianza.
- Terapia psicológica: la terapia centrada en el apego o la terapia de pareja ayudan a reconocer patrones y a ensayar nuevas formas de relacionarse.

Bibliografía:

  • Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of attachment: A psychological study of the strange situation. Lawrence Erlbaum.
  • Bartholomew, K., & Horowitz, L. M. (1991). Attachment styles among young adults: A test of a four-category model. Journal of Personality and Social Psychology, 61(2), 226–244. https://doi.org/10.1037/0022-3514.61.2.226
  • Bowlby, J. (1988). A secure base: Clinical applications of attachment theory. Routledge.
  • Fraley, R. C., & Shaver, P. R. (2000). Adult romantic attachment: Theoretical developments, emerging controversies, and unanswered questions. Review of General Psychology, 4(2), 132–154. https://doi.org/10.1037/1089-2680.4.2.132
  • Mikulincer, M., & Shaver, P. R. (2016). Attachment in adulthood: Structure, dynamics, and change (2nd ed.). Guilford Press.

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