Entorno laboral saludable: claves desde la Psicología Positiva aplicada al trabajo y el Coaching de Fortalezas 

Eva Herber (Psicólog@)

16 diciembre, 2025

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Un nuevo modo de entender la salud en el trabajo 

Durante mucho tiempo, hablar de salud laboral significaba evitar riesgos, reducir el estrés y prevenir enfermedades. Pero un entorno laboral verdaderamente saludable no se limita a lo que evita, sino a lo que promueve: el bienestar, el compromiso y el sentido compartido. 
Esta es la perspectiva que propone la Psicología Positiva aplicada al ámbito laboral, un enfoque que investiga cómo las personas y las organizaciones pueden prosperar cuando las condiciones fomentan emociones positivas, relaciones de calidad y propósito. 

Más allá del modelo de la OMS 

La Organización Mundial de la Salud definió hace años el entorno laboral saludable como aquel en el que trabajadores y empresas colaboran para promover la salud y el bienestar. 
Esa definición marcó un hito, pero hoy sabemos que la salud laboral no se limita a prevenir el malestar, sino que también implica crear las condiciones para que las personas crezcan, aprendan y se sientan valoradas. 

La investigación liderada por Marisa Salanova y el equipo WONT de la Universitat Jaume I ha sido pionera en mostrar cómo el bienestar y el desempeño pueden coexistir y reforzarse mutuamente. 
Las organizaciones saludables no solo protegen: también activan recursos psicológicos —esperanza, autoeficacia, optimismo, resiliencia— que alimentan la energía positiva y la capacidad de afrontar los retos del cambio. 

Bienestar y rendimiento: un equilibrio posible 

La Psicología Positiva aplicada al trabajo estudia los procesos que promueven el bienestar y el funcionamiento óptimo de las personas en su contexto profesional. 
En lugar de centrarse en lo que agota o estresa, investiga qué prácticas fortalecen a las personas y a los equipos: qué hace que sientan orgullo, conexión, motivación y confianza. 

Los estudios del grupo WONT y de otros investigadores internacionales han mostrado que los entornos saludables se caracterizan por: 

• Recursos psicológicos y sociales abundantes, que amortiguan el desgaste. 

• Relaciones basadas en la confianza y la comunicación abierta. 

• Liderazgos que inspiran y acompañan, en lugar de controlar. 

• Climas de aprendizaje y reconocimiento, donde se celebra el progreso y no solo el resultado. 

Cuando estos elementos están presentes, las personas rinden mejor, colaboran con más fluidez y experimentan un sentido más profundo de contribución. 

El liderazgo que hace florecer a las personas 

El liderazgo es uno de los principales factores de bienestar en las organizaciones. 
Un líder positivo no se centra en lo que falta, sino en lo que puede crecer: reconoce el esfuerzo, impulsa el desarrollo y activa las fortalezas de su equipo. 
Como señalan Salanova y sus colaboradores, los líderes que promueven emociones positivas generan un “efecto contagio” que mejora la moral y la cooperación en todo el grupo. 

También investigaciones de Marianne van Woerkom han mostrado que los líderes que trabajan desde las fortalezas —ayudando a las personas a descubrir sus talentos y aplicarlos en su trabajo— generan más motivación, energía y compromiso. 
El liderazgo basado en fortalezas no es complaciente: es exigente, pero desde la confianza. Sabe que cultivar lo mejor de cada persona también fortalece al equipo entero. 

Un ejemplo cotidiano 

En una empresa de servicios, el equipo de atención al cliente llevaba meses trabajando bajo presión. Los errores aumentaban y la moral bajaba. 
En lugar de imponer nuevas normas, la responsable propuso una dinámica sencilla: cada semana, en las reuniones, cada persona compartiría un momento del trabajo del que se sintiera orgullosa y una fortaleza que había puesto en juego. 

En pocas semanas, el clima cambió. Las conversaciones se volvieron más constructivas, las personas se reconocían entre sí y el equipo comenzó a resolver problemas de forma más colaborativa.  No hubo grandes inversiones, solo un cambio en el lenguaje y la atención: mirar lo que funciona, no solo lo que falta. 

El coaching de fortalezas como catalizador 

El coaching de fortalezas es una de las herramientas más efectivas para llevar esta mirada positiva al día a día. 
A través de la reflexión guiada y del reconocimiento apreciativo, ayuda a las personas a nombrar con precisión sus talentos naturales y a aplicarlos de manera consciente en su trabajo. 
Ese cambio de lenguaje amplía la percepción que tienen de sí mismas, de sus compañeros y del propio entorno laboral. 

Cuando alguien empieza a hablar desde sus fortalezas, su diálogo interno cambia: se atenúan las autocríticas, se activan emociones más constructivas y las conversaciones con los demás se vuelven más abiertas y colaborativas. 
A nivel organizativo, esto se traduce en mayor confianza, creatividad y cohesión: tres ingredientes esenciales de un entorno saludable. 

Crear entornos que cuidan y hacen crecer 

Un entorno laboral saludable no se decreta: se cultiva. 
Se construye en la manera de comunicarse, en cómo se gestionan los errores y en la capacidad de reconocer el valor de cada persona. 
Las organizaciones que aplican los principios de la Psicología Positiva y el coaching de fortalezas descubren que su éxito no depende solo de la estrategia, sino de la calidad emocional y relacional de su cultura. 

Como resume Marisa Salanova, “las organizaciones saludables son aquellas que no solo alcanzan resultados, sino que también generan bienestar y desarrollo humano”. 
Cuando las personas se sienten bien y pueden aportar lo mejor de sí, el trabajo se convierte en un espacio donde el bienestar y la excelencia caminan juntos.