Manejar la tristeza

Manejar la tristeza: la importancia de la inteligencia emocional

Aroa Ruiz Aroa Ruiz (Psicólog@)

14 abril, 2023

Hoy queremos hablar y profundizar sobre el manejo emocional, una parte y componente fundamental de la Inteligencia Emocional y cómo podemos llevarlo a la práctica en relación a la emoción concreta de la tristeza.

Sobre las emociones básicas, Dafne Cataluña, fundadora del IEPP ya escribió un artículo enumerándolas una por una. Aquí te lo dejamos para leer, emociones básicas: adaptativas y necesarias.

Y también dedicamos un podcast completo para entender y explicar las diferencias entre la emoción de la tristeza y la depresión. Te invito a que lo escuches al completo porque te sorprenderá seguro 😉

Pues bien, como en terapia con los pacientes que acompaño veo la necesidad de trabajar la Inteligencia Emocional y también nuestros alumn@s de nuestras formaciones nos lo demandan de forma recurrente, vamos a ver hoy qué estrategias y alguna que otra recomendación para manejar de manera correcta la tristeza.  

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La Tristeza

Pero antes de continuar con esas tips o recomendaciones, os voy a recordar en qué consiste exactamente la tristeza.

La tristeza es una de las 6 emociones básicas y primarias, que se activa de manera innata y automática ante un estímulo o situación que supone una pérdida representativa o una situación adversa que nos supera.

Se caracteriza por hacernos sentir y llevarnos a experimentar estados de angustia, melancolía, pena, soledad y malestar, y cumple una función adaptativa y necesaria para el equilibrio psíquico y emocional: superar diversos momentos difíciles en nuestra vida, pedir ayuda y nos motiva hacia una nueva reintegración personal. 

La tristeza, al igual que ocurre con el resto de las emociones (ira, miedo…) puede variar en su intensidad y duración.

Pero, ahora te pregunto “¿qué sucede cuando intentamos reprimir una emoción y nos negamos a experimentarla?”

Pues ocurre lo inevitable: tarde o temprano la emoción saldrá a flote, de la misma forma que pasa con el agua que siempre encuentra salida y rendija por la que fluir, y muchas veces con mayor intensidad.

Y si por el contrario, “¿una emoción nos invade de manera exagerada sin ningún tipo de control, desbordando e invadiendo todo lo que encuentra a su paso?”

Cuando esto pasa, es todo menos beneficioso para tu bienestar emocional, y puede acarrear y desencadenar en consecuencias negativas para nosotros/as mismos/as y también para las personas de nuestro entorno que nos rodean.

Por esto mismo, vamos a ver en el siguiente apartado cómo manejar la tristeza, tanto para adultos, como para adolescentes, y qué podemos hacer si la tristeza nos invade, nos desborda y no sabemos qué hacer.

Tips para manejar la tristeza

Llegados a este punto, es evidente que la Inteligencia Emocional implica y es fundamental, no sólo para conocer y sentir las emociones, sino también para gestionarlas y sacar el máximo provecho de ellas.

  • Identifica la emoción

Lo primero, primerísimo de todo es saber qué me pasa, esto es, poder identificar qué me está pasando y qué estoy sintiendo en realidad. Aunque esto parezca fácil y sencillo, en ocasiones es justo lo contrario porque las emociones son confusas, se entremezclan y nos pueden hacer dudar mucho.

Esta confusión se hace muy visible sobre todo en el caso de los más pequeños, aún recuerdo el caso de una niña pequeña de 4 años, Claudia, que de madrugada al despertarse asustada y con mucho miedo, mezclaba ese miedo con las emociones de rabia y de ira hacia sus padres que no sabían cómo calmarla y así se pasó varios meses aprendiendo a identificar de manera más o menos clara las emociones al despertarse de forma brusca en mitad de la noche. Todo un trabajo. 

  • Encuentra el motivo de la emoción

Una vez que se consigue identificar la emoción, y eres consciente de que lo que sientes sí es tristeza, lo siguiente será buscar la información valiosa que la tristeza puede traer.

En este punto la fortaleza de la honestidad y ser sinceros/as con nosotros/as mismos/as será clave.

Un ejercicio que ayuda mucho a encontrar y llegar al origen de la tristeza es ponerlo por escrito. Coge papel y bolígrafo y contesta a estas preguntas:

  1. “¿estoy evitando algo que me molesta?”
  2. “¿hago las cosas que me gustan de verdad?”
  3. “¿qué pensamiento ha venido a mi cabeza justo antes de que la emoción triste me ha invadido”
  4. “¿tiene que ver conmigo, con mi pareja, con mi trabajo, con mi familia…?”
  • Expresa la emoción

Deja que salga, siéntela, no la reprimas, no trates de evitarla… Ya ha pasado la época de las frases que tanto daño han causado, de “los hombres no lloran” o “llorar es cosa de chicas”.

De eso nada, cuando estés triste, llora, llora y llora hasta que notes que te sientes algo mejor y aliviado/a. Date tiempos y espacio para conectar con tu tristeza. 

  • Será pasajero

Los psicólogos/as sabemos que según cómo pensemos, así nos sentiremos, así que es importante aprender a pensar que la tristeza llegará de manera inevitable en muchos momentos de nuestra vida, pero de la misma forma que llega, también se irá… No se quedará para siempre.

Esto es algo que aceptar, de la misma manera que entendemos y que nos parece normal reírnos cuando nos cuentan un chiste muy divertido. Igual que con la risa, la tristeza es un estado de ánimo pasajero.

Otro ejercicio que viene muy bien  para trabajar este punto es traer a la memoria y recordar un momento muy triste de tu pasado… cierra los ojos e intenta traerlo a tu mente (cuando discutiste con esa persona tan importante, cuando esa relación sentimental terminó, cuando no conseguiste la meta que buscabas…) a continuación piensa cuánto duró y recuerda también la forma en la que esa inmensa tristeza se fue poco a poco disipando y no se quedó de manera permanente.  

Ahí lo tienes, ese proceso es inevitable que se repita más veces, pero no se quedará para siempre cuál tatuaje en la piel. 

  • Reflexiona y busca el cambio

Como he comentado al inicio del artículo todas las emociones tienen su función, sirven para algo… y con la tristeza también es así. Aunque sea dolorosa y no lo entendamos muy bien, experimentar tristeza también nos ayudará en algo. No es tu enemiga, al contrario, es tu aliada…no te olvides de ello.

¿No imaginas por qué? La tristeza es un poderoso momento de reflexión y puede suponer un estado de transición y empuje hacia el cambio. 

  • Buscar ayuda profesional

¡Ojo! Es importante identificar si la tristeza es algo que escapa de nuestra propia gestión y manejo emocional por su intensidad, por su duración o porque nos incapacite de forma global nuestra calidad de vida.

Si esto pasa, lo más recomendable siempre será ponerse en manos de un profesional para que te acompañe en el camino, en el IEPP lo trabajamos mucho en terapia. 

Así que si esto pasa, pide ayuda lo antes posible, para sentirte mucho mejor y aprender a gestionarlo y a manejar la tristeza por tus propios medios la próxima vez.

Si el manejo y gestión de las emociones es de tu interés, no dejes de solicitar información sobre nuestro Título Experto en Psicología Positiva, con el que te convertirás en un experto en esta área.

Fuentes de datos:

  • American Psychiatric Association. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Quinta edición. DSM-V. Masson, Barcelona.
  • González, A. (2020). Lo bueno de tener un mal día. Cómo cuidar de nuestras emociones para estar mejor. Planeta.
  • Greenberg, L. (2014). Emociones: una guía interna. Ed. Descleé de Brouwer.
  • Gross, J. J. (1999). Emotion regulation: Past, present, future. Cognition & emotion, 13(5), 551-573.
  • Gross, J. J. (2002). Emotion regulation: Affective, cognitive, and social consequences. Psychophysiology, 39(3), 281-291.
  • Molina, C. (2013). Emociones expresadas, emociones superadas. Oniro.
  • Torralba, F. (2007). The essence of suffering. An.Sist.Sanit.Navar., 30 (Sup.3): 23-37.

Aroa Ruiz
Aroa Ruiz

Licenciada en Psicología, Máster en Coaching e Inteligencia Emocional e Instructora de Mindfulness. Psicóloga, Coach y Docente en el Instituto Europeo de Psicología Positiva.

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