Estereotipos, ¿Cuánto caes en ellos?

Eva Herber (Psicólog@)

10 enero, 2024

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“Los estereotipos son verdades cansadas”

George Steiner

Ya en nuestro blog dedicamos un artículo completo a los prejuicios y detallamos su origen, definición y cómo luchar contra ellos. 

Lee aquí nuestro artículo completo sobre los prejuicios.

Pues bien, hoy vamos a hacer algo parecido con los estereotipos, y es que es importante recalcar sus diferencias, ya que mucha gente los confunde y piensan erróneamente que son sinónimos, cuando no lo son. 

Qué son  

El estereotipo es una idea muy simplificada, una creencia poco formada, con pocos detalles acerca de un colectivo, de un grupo de personas que comparte ciertas cualidades, atributos y/o características, de una sociedad con carácter inmutable. 

Habitualmente los estereotipos suelen ser negativos, pero no tiene por qué ser siempre así. De hecho los podemos encontrar también en sentido positivo. Los estereotipos pueden ser ciertos y no tienen por qué ser negativos (Baron y Byrne, 2006; Myers, 2019).

En los estereotipos se entremezclan elementos culturales, sociales y económicos que resultan en una representación rígida y falsa o inexacta de la realidad.

Para qué sirven 

Los estereotipos sirven para simplificar, de hecho su función es esa. Gracias a ellos llegamos a determinada información de una manera mucho más rápida, asociamos, abreviamos, son un atajo, reducimos gasto y energía. 

Son un esquema de pensamiento. Hacen de filtro. Gracias a ellos es más sencillo y rápido pensar y razonar, ya que se hace en función de ciertas características y categorías. El principio de economía cognitiva los rige y está detrás de ellos con objeto de funcionar de forma más eficaz.  

Diferencias entre los estereotipos y los prejuicios

Dos son las diferencias más importantes, la primera es que el estereotipo, como he comentado más arriba, es una imagen mental simplificada, mientras que el prejuicio es un conjunto de ideas. Y la segunda diferencia es que el estereotipo se aplica a un colectivo, mientras que el prejuicio puede ser individual, esto es, sobre una única persona. Podemos decir que el prejuicio se nutre del estereotipo y lo acompaña. 

Mientras que en los prejuicios generalizamos características de un grupo y las proyectamos en las personas que lo constituyen, los estereotipos son simplificaciones que hacemos de esos grupos en función de relaciones que establecemos.

Ejemplos de estereotipos

En ocasiones entender y comprender ciertos conceptos de la psicología social, como el de los estereotipos, se hace más sencillo si ponemos ejemplos y llevamos los conceptos a la acción y a nuestro día a día. 

Por esto mismo, vamos a ver aquí algún ejemplo real de estereotipos que seguro habrás escuchado alguna vez: “los catalanes son tacaños”, “los hombres no lloran”, “las mujeres conducen peor que los hombres”, “los andaluces son vagos”, “los ingenieros son fríos y no tienen inteligencia emocional” y así muchísimos más. 

¿Qué me dices?, ¿te suena alguno?... 

Si nos paráramos un momento y los analizamos, uno por uno, encontraríamos que no tienen razón de ser, que son datos e información sin contrastar, por lo que son falsos… sin embargo, ahí siguen, compartiéndose y escuchándose de boca en boca generación tras generación. 

Consecuencias 

Antes, al definir el concepto de estereotipo he detallado que nos ayudan y sirven para entender la realidad porque actúan de filtro. Y es aquí dónde puede llegar el problema. 

Y es que si el estereotipo no es cierto, esa interpretación que hagamos también será errónea. De tal modo que aquello que no se ajuste con el estereotipo pueda ser interpretado y considerado como “raro”, “anormal” o “excéntrico”, ya que contradice lo que teníamos asumido. El problema de estos estereotipos reside en posibles exageraciones o concepciones erróneas que hacen que nos equivoquemos. 

Esto, con el paso del tiempo, y a medio y largo plazo, hará que nos quedemos y asumamos la información acorde a nuestros prejuicios y desechemos o ignoremos la que los contradiga. 

Otro fenómeno bastante conocido y popular que guarda una relación con la amenaza del estereotipo es la profecía autocumplida, esta es una definición falsa de una situación o habilidad que influye directamente en el transcurso de esta, convirtiendo lo falso en verdadero. 

Es decir, si continuamente nos dicen (o nos decimos) que vamos a hacer algo mal, seguramente salga mal. Estamos haciendo que una profecía, que está basada en suposiciones para nada correctas, va a influir en cómo se va a desarrollar esa actividad, dando lugar probablemente a un resultado desfavorable.

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Cómo evitarlos

Para terminar vamos a ver qué podemos hacer para evitarlos y es que aunque los estereotipos en sí, no son negativos, utilizarlos de forma explícita o desde un punto de vista negativo los acaba transformando en prejuicios, y si los prejuicios acaban terminando en conductas discriminatorias, aquí llega el problema. 

• Aumentar el conocimiento y la información, ya que cuanto más se informe la persona acerca de ese grupo o colectivo concreto, menos probabilidad tendrá de caer en los estereotipos. 
• Fomentar las fortalezas de la apertura mental y de la curiosidad. ¡Abre tu mente! 
• Trabajar en la flexibilidad. 
• Potenciar la empatía, esto es, ponernos en la piel de la otra parte, para situarnos en la experiencia emocional de la persona discriminada por pertenecer a un colectivo nos puede servir para romper prejuicios.

Antes de terminar y como broche final te dejo aquí nuestro podcast #38 en el que abordamos este concepto de los estereotipos y que te invito a escuchar con detalle.